La pareja de águilas llevaba varios años anidando en el mismo roquedo. Aquel año era especial. Uno de sus tres huevos era distinto a los demás. Era diez veces más grande y de un color azulado.
Un día el animal salió del huevo.
Las patas eran negras nadie le quería.
El estaba muy triste. Una vez vio a una familia de águilas y se acercó para ver si
le querían. La madre se acercó. Él estaba un poco asustado pero cada
vez se acercaba más y se metió en el nido. La madre trajo gusanos para todos y aunque el águila fuera diferente la madre le quería tanto como a sus hijos.
Raúl
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